Contextualizo. Este artículo no pretende sacar conclusiones morales sobre la decisión –respetable, por otro lado– tomada por Miguel de Icaza de pasarse, dirían algunos, al lado oscuro. Y todo ello pese a que el hecho muy relevante de que uno de los fundadores del proyecto Gnome, lo cual es decir mucho, haya decidido migrar hacia Apple, uno de los enemigos por antonomasia del software libre, no haya dejado indiferente a casi nadie. Vamos, la red es un hervidero de declaraciones (lo próximo podría ser que Bill Gates fichara por Linux :-D).
El síndrome de Miguel de Icaza, por el contrario, pretende relacionar y explicar dos tipos de paranoias que muy frecuentemente aquejan a buena parte de los linuxeros, y de un modo singular a quienes se acercan por primera vez al SO del pingüino.